Ayer, lunes, día 19 de septiembre de 2016, se celebró el cuarto día de la Novena a la Stma. Virgen de las Angustias. A las siete y cuarto de la tarde, dio comienzo con la Exposición del Santísimo , rezo del Santo Rosario y ejercicio de la Novena; y a las ocho tuvo lugar la celebración eucarística.

La Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental de la Stma. Virgen de las Angustias, junto con su Hermano Mayor, D. Francisco Salazar Rodríguez, acompañado por los mayordomos, D. Jesús Vázquez y Dña. Concepción Pérez, participó en esta Eucaristía, ocupando los dos laterales del altar mayor. Numerosos hermanos también estuvieron presentes en la celebración.

La Eucaristía se inició con las palabras de D. Blas Gerardo Gordo Jiménez, Párroco de la Basílica, que hizo referencia a la homilía del día de ayer. Recordó también cómo la novena está siendo transmitida por internet y que se han podido contabilizar más de mil personas, las que han entrado en la Web en estos tres primeros días para seguir la novena, pertenecientes a España, y varios países de Améríca y de Europa. Por último anunció que el coro Federico García Lorca actuará en esta celebración.

La Eucaristía fue presidida por el R. P. D. Francisco Juan Martínez Rojas, Vicario General de la Diócesis de Jaén y Deán de la S.I. Catedral, que estuvo acompañado por D. Blas Gerardo, D. Francisco Molina Carretero, Párroco emérito de esta Basílica y D. Mateo Hernández, sacerdote de la misma.

Las lecturas fueron realizadas por miembros de la Hermandad, así como las peticiones.

D. Francisco Juan, después de saludar afectuosamente a todos los presentes en la Basílica, empezó su homilía con estas palabras: "… En la oración final con que concluye la exhortación apostólica Amoris laetitia, el Papa Francisco, dirigiéndose a la Sagrada Familia, afirma: Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor". Subrayó cómo hoy día la palabra Amor se ha desvirtuado y tiene unas connotaciones poco acordes con lo que fue el amor en la Sagrada Familia, y el verdadero amor que los cristianos nos debemos profesar, buscando siempre el bien de los demás y no en satisfacer nuestro propio egoísmo y bienestar. Siguió explicando, y este fue el núcleo de su disertación, que la Iglesia está llamada a hacer una nueva evangelización y que nosotros, como parte integrante de la misma, tenemos la obligación de evangelizar, pero no sólo con palabras sino, sobre todo, con nuestro ejemplo de vida. En el mundo que nos está tocando vivir es muy complicado dar testimonio de nuestra fe, pero María es nuestra estrella, que nos indica el rumbo que tenemos que seguir a pesar de las dificultades. Y en este camino de la Evangelización, nos tenemos que fijar en cuatro aspectos importantes: Primero: Que todos necesitamos convertirnos y aceptar que somos muy limitados y necesitamos la fortaleza y la necesidad de Dios. Segundo: El anuncio del reino de Dios, que quiere decir que Dios existe y actúa en nuestro mundo. Tercero: Tenemos que seguir a Jesucristo en su vertiente de salvador y redentor nuestro y en la vertiente de su muerte en la cruz, porque no hay cristianismo sin cruz. La Virgen nos da ejemplo de fortaleza en la fe junto a su hijo, al pie de la cruz. Y por último, debemos recuperar mediante nuestro testimonio vivido, ofrecer al mundo el mensaje de la vida eterna , la realidad que nos espera más allá de la muerte. Terminó su densa homilía con estas palabras de Benedicto XVI: " ¡Sí, acoger a Jesús y llevarlo a los demás es la verdadera alegría del cristiano! Sigamos e imitemos a María, un alma profundamente eucarística, y toda nuestra vida será un Magnificat! " …

El coro Federico García Lorca, dirigido por Dña. Victoria Orti, contribuyó con sus cantos, bien seleccionados, y muy bien interpretados, a la solemnidad y recogimiento de este cuarto día de la Novena. Hay que destacar el Ave María de Schubert que interpretó magistralmente en el ofertorio la propia Directora del Coro.

La Basílica estuvo totalmente llena de fieles, como todos los días de la novena. La Santa misa terminó con el canto del Himno a la Virgen de las Angustias interpretado, además del coro, por todos los asistentes, que con entusiasmo, fe y amor, vitorearon y aplaudieron largamente a la Virgen Santísima.

Crónica y fotos realizadas por Antonio Joaquín Mezcua Roelas.-