Ayer, día 18 de septiembre de 2018, a las doce de la mañana, participó en los cultos a la Stma. Virgen de las Angustias, la Universidad de Granada. 

        Han participado en esta celebración numerosos profesores de distintas facultades de la Universidad, tanto en activo como jubilados. Todos han sido recibidos por el Hermano Mayor de la Real Hermandad Sacramental de la Virgen de las Angustias, D. Miguel Luis LópezGuadalupe Muñoz, acompañado de los miembros de su Junta de Gobierno, quien ha saludado afectuosamente a todos en la portada de la Basílica. 

        La Eucaristía ha sido presidida por D. José Antonio Villena García, Sacerdote Diocesano, Delegado Episcopal para la Pastoral Universitaria. 

        Las lecturas han sido realizadas por miembros de la Universidad. 

        En su homilía, D. José Antonio, después de saludar con cariño a todos los representantes de la Universidad y a todos los presentes en la Basílica, centró su homilía en el relato evangélico de la viuda de Naim y cómo Jesucristo ve en la angustia de aquella madre la que tendría que pasar su Madre. Se compadece de ella y devuelve a la vida a su hijo muerto ante el asombro y sorpresa de todos los que iban en el cortejo fúnebre. Nosotros también tenemos que estar atentos a la novedad y a la iniciativa con la que Dios nos puede sorprender en nuestra vida. Terminó su alocución con estas palabras: ·…que todos nosotros podamos estar en este reconocimiento de la obra grande, siempre grande, de Dios en nuestras vidas”. 

        La Eucaristía terminó con el himno a la Stma. Virgen, que fue cantado por todos los presentes, con vítores y un fuerte aplauso a la Virgen. 

        Todos los representantes de la Universidad se hicieron una foto-recuerdo en la escalinata del altar mayor, pasando a continuación a visitar el Camarín de la Virgen. 

        Todos manifestaron su alegría por haber participado en estos cultos a la Stma. Virgen y por las atenciones recibidas, tanto por la Parroquia como por la Hermandad. 

        Reseña y fotos realizadas por Antonio Joaquín Mezcua Roelas