D. JOSÉ MARÍA GIL TAMAYO, NUEVO ARZOBISPO  COADJUTOR DE GRANADA, CELEBRÓ SU PRIMERA EUCARISTÍA  EN LA BASÍLICA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS. 

En la tarde del pasado domingo, día 2 de octubre de 2022, tuvo lugar en la Basílica de la Stma. Virgen de las Angustias la primera Eucaristía presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr Arzobispo Coadjutor de Granada, D. José María Gil Tamayo, después de su toma de posesión en la mañana del pasado sábado, día uno de octubre, en la Santa Iglesia Catedral de Granada.

El Sr. Arzobispo Coadjutor llegó a la Basílica, acompañado por el Párroco D. Blas Gerardo Gordo Jiménez y aquí fue recibido por la Muy Antigua, Pontificia, Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Granada y su Archidiócesis, con su Hermano Mayor al frente, D. Antonio González Martín, acompañado por miembros de su Junta de Gobierno. Después de los saludos, pasaron al Camarín de la Stma. Virgen, donde el Sr. Arzobispo Coadjutor oró durante unos minutos, de rodillas, junto al Manto de la Virgen, que besó al terminar su oración. A continuación el Hermano Mayor le hizo un pequeño obsequio consistente en un soporte de cristal con la imagen de la Stma. Virgen de la Angustias, un pin de plata, símbolo de la Hermandad con el corazón, atravesado por las siete espadas que representan los siete dolores más significativos que padeció la Virgen; y un pañolillo de los que lleva la Virgen en sus manos.

A las seis dio comienzo la Eucaristía, acompañado el Sr. Arzobispo por siete sacerdotes y un diácono.

El Sr. Arzobispo empezó su homilía con estas palabras: “Queridos sacerdotes de la Parroquia, querido Presidente y Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, querido Diácono, queridos hermanos y hermanas en el Señor. Como os decía me da mucha alegría, porque desde que me comunicaron de parte del Santo Padre, tenía este deseo de que como primer acto después de mi toma de posesión como Arzobispo Coadjutor de Granada, sería venir a ver a la Virgen, a pedirle ayuda, y a ponerme bajo su protección. Ella es nuestra Madre y a Ella acudimos siempre… Aquí venimos los que estamos necesitados y aquí venimos también, como hijos agradecidos, a darle gracias a nuestra Madre. Aquí venimos cuando nos sentimos desvalidos y venimos también, porque es de bien nacidos ser agradecidos, a darle gracias a nuestra Madre y no necesitamos muchas palabras, sino las que salen del corazón, las que dirigimos a una imagen suya que tiene ante sí a ese Cristo, que nos ha dado la mayor muestra de amor y nos amó hasta el extremo. Ese hijo que nos la dio como Madre y que representa al mismo tiempo, todas las angustias y dolor de la humanidad sufriente.”

A continuación centró todas sus palabras en la fe. Tenemos que mirar la vida con los ojos de Dios. La fe es un don gratuito que nos da el Señor. Tenemos que ser valientes y confesar nuestra fe, como tantos cristianos han hecho a lo largo de los siglos, entregando sus vidas por la fe en Jesucristo. Terminó con estas palabras: “Pidámosle, queridos hermanos al Señor por interseción de Nuestra Señora de las Angustias que nos aumente la fe. Que así sea.”

La Eucaristía fue solemnizada por la Coral Parroquial Virgen de las Angustias, que interpretó varias canciones polifónicas muy bien entonadas e interpretadas, que contribuyeron a la espiritualidad de la misma. La nave central de la Basílica estuvo casi repleta de fieles, a pesar de no haber podido tener esta celebración la suficiente difusión ni publicidad.

La celebración terminó con el Himno a nuestra Patrona, con vítores y con aplausos prolongados tanto para la Virgen como para nuestro Arzobispo Coadjutor.

Crónica y fotografías realizadas por Antonio J. Mezcua Roelas.